Los data centers no se crean siempre para lo mismo: algunos tienen que sobrevivir en los entornos más hostiles del planeta. Revisa a continuación una selección de aquellas facilities que se han adaptado a ubicaciones que van más allá de las condiciones normales.
- Tesoro hundido: Los servidores de Microsoft en el fondo del océano
A comienzos de 2016, Microsoft generó olas de expectación con Proyecto Natick, un prototipo de data center que ofrecía el cloud de Azure desde un recipiente a presión lleno de hidrógeno a un kilómetro de la costa del Pacífico de Estados Unidos. Las ventajas de esta solución son, por un lado, de refrigeración y, por otro, de costo, pues el terreno fuera de la costa es barato y está cerca de grandes núcleos de población. ¿Cuál será el siguiente paso? Una patente sugiere que se tratará de grandes arrecifes artificiales.
- Zona de guerra: Lanzar containers en paracaídas
La guerra moderna necesita “edge” data centers. La empresa de británica Cannon Technologies lanzó cajas robustas de chapa metálica sobre Afganistán y rápidamente las configuró para satisfacer las necesidades del ejército, con sistemas de cooling a medida para soportar el polvo y el calor.
- Explosión del pasado: Un data center en un bunker nuclear
La facility de colocation de Data Shelter en Fort Pierce, Florida, era originalmente una construcción de AT&T, en concreto un refugio nuclear para las potenciales bombas de la Guerra Fría. La primera vez que se abrió fue en 1964, para formar parte de la red AUTOVON, un sistema de teléfono militar americano global diseñado en caso de una guerra total.
Se construyó con doble capa de hormigón reforzado con acero, en una plancha de nueve pies de espesor frente a explosiones. Tiene dos entradas exteriores con puertas blindadas de acero. Sus características incluyen filtración de aire frente a contaminación biológica, radiológica y nuclear (CBRN), estándares de sala segura FEMA P320 para huracanes de categoría 5 y resistencia a tornados EF5. También posee la certificación Tier IV de diseño de Uptime Institute.
- La última frontera: Un data center en el cielo
En agosto de 2017, el cohete Falcon 9 de SpaceX lanzó otra carga a la Estación Espacial Internacional, parte de la cual será un supercomputador de HPE. Denominado Spaceborne Computer, el sistema es un proyecto conjunto de HPE y la NASA para ver si se puede diseñar un computador comercial que dure en las desafiantes condiciones del espacio. Si tienen éxito, herramientas similares serán herramientas críticas para las misiones al espacio profundo más allá de la tierra.
- Caliente, caliente: Free cooling en Oriente Medio
Kuwait y Dubai albergan las ciudades más calurosas de todo el mundo, con temperaturas en verano que superan de forma regular los 44ºC. También se caracterizan por su gran demanda de datos. Hasta ahora los data centers allí utilizaban refrigeración mecánica, pero el ingeniero Noriel Ong de Syska propone free cooling como alternativa.
Un data center de 1MW en Riyadh puede ser enfriado con aire exterior durante el 82% del año según Ong. La gran mayoría del cooling con aire exterior se realiza con refrigeración adiabática, que consume agua. A pesar del costo del agua en la región, esto todavía supondría un ahorro de US$ 148.000 al año frente a la refrigeración mecánica a tiempo completo.
- La opción nuclear: El data center más grande de Rusia
La firma de energía nuclear rusa Rosenergoatom está construyendo un data center en su estación de 4GW en Udomlya. La facility tendrá hasta 10.000 racks, y recibirá hasta 80 MW del reactor.
Rosenergoatom utilizará el 10% de la capacidad del data center, mientras que el resto estará disponible para clientes comerciales. Entre sus beneficios: El data center proporcionará un mercado para el superávit de electricidad, y podría permitir a las empresas extranjeras cumplir con las rigurosas leyes de ubicación de los datos rusas.
- ALMA Correlator: El centro de datos de mayor altitud del mundo
El radiotelescopio Large Millimeter Array de Atacama (ALMA), a 16.500 pies sobre el nivel del mar en la meseta Chajnantor en los Andes chilenos, combina señales de múltiples antenas hasta 16 kms. de distancia. Las señales se procesan en el centro de datos de mayor altitud del mundo: el ALMA Correlator.
La instalación de 140kW realiza hasta 17 cuatrillones de operaciones de procesamiento de imágenes por segundo. Necesita dos veces el flujo de aire de enfriamiento normal para una instalación equivalente, ya que la atmósfera es delgada. La fina capa de aire y el riesgo de terremotos también descartaba los discos duros, Correlator no tiene discos. Finalmente, en ese aire, los ingenieros tardaron 20 semanas para desembalar e instalar la máquina.
- Enterrado en vivo: Centro de datos a 12 m2 de profundidad
Hay muchos centros de datos subterráneos, pero el más profundo en funcionamiento que conocemos es Cavern Technologies, a 12 m2300000 pies de profundidad bajo tierra en Lenexa, Kansas.
Las cuevas de Lenexa son formaciones de caliza natural, que albergan un parque de negocios de 279.000 metros cuadrados y una parte importante del archivo nacional de EEUU - incluyendo la autopsia del presidente Kennedy. Cavern ha ampliado varias veces, y ahora tiene 28.000 metros cuadrados de espacio de centro de datos, y hasta 50MW de potencia.
- Cápsula del tiempo: Datos para el fin de los tiempos
Svalbard, el asentamiento más septentrional del mundo con una población civil permanente, atrajo a quienes deseaban almacenar objetos preciosos en caso de desastre. Ya hogar de la famosa Global Seed Vault, el archipiélago noruego es ahora el hogar de un centro de datos único.
Desarrollado por la empresa de almacenamiento de datos Piql y el operador de minas SNSK, The Arctic World Archive almacena datos en film durante 500-1.000 años. Piql esencialmente convierte datos en códigos QR-like en película de 35 mm que simplemente representa código binario. Como es película, también puede incluir imágenes y texto escrito para explicar cómo acceder a ese código, en caso de que la tecnología se vuelva obsoleta o aquellos que saben cómo usarlo mueren.
10. Invierno permanente: El desafío de subir la temperatura
Con el aire a temperaturas de de -40 ° C, el Laboratorio IceCube en el Amundsen-Scott South Pole Station tiene que calentar el aire que recibe el centro de datos. Si de repente utilizara para refrigerar la temperatura del exterior, sus discos duros se destruirían al instante. El laboratorio sirve al Observatorio IceCube, un detector de neutrinos con cadenas de sensores ópticos enterrado a un kilómetro de profundidad en el hielo antártico, en busca de los restos que hayan podido dejar eventos catastróficos astronómicos en el pasado.
El laboratorio tiene 1.200 núcleos de computación y tres petabytes de almacenamiento. El personal de TI realiza breves visitas durante el verano meridional; para el resto del año deben trabajar a distancia con la ayuda del personal científico que está allí durante el año y un almacén de componentes. La comunicación es a través de la red de satélites Iridium de 2.4kbps, con 10 horas al día de banda ancha de 1 Mbps de los satélites de la NASA.
Fuente: DatacenterDynamics (DCD) e InvestChile.