Desde el desarrollo de vehículos eléctricos y estrategias para agregar valor al litio hasta el crecimiento de energías renovables son algunas áreas que beneficiarán en un mercado que crece día a día.
En sólo un par de años el escenario del transporte urbano en Chile cambió o, mejor dicho, se diversificó. En la capital Santiago, ciudad con la mayor densidad demográfica del país, es posible constatar la oferta y uso de vehículos eléctricos como una forma de apoyar la acción climática y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Camiones, buses urbanos e interurbanos, automóviles y scooters se suman a la oferta eléctrica del Metro de Santiago y, de paso, demuestran que es posible movilizarse de manera menos contaminante. Pero este creciente fenómeno, que poco a poco se extiende a regiones, también da muestras que el futuro puede ser auspicioso no sólo para lograr ciudades más limpias, silenciosas y modernas si no, además, para crear nuevos negocios y oportunidades de emprendimiento en innovación y tecnología.
Un elemento importante en esta nueva industria es el litio y Chile posee alrededor del 52% de las reservas mundiales de este mineral, en forma de salmueras, que se encuentran principalmente en el Salar de Atacama. Este metal, al que muchos llaman el “oro o petróleo blanco” por su alta demanda y valor, no sólo se utiliza en baterías de los autos eléctricos, sino también para las de dispositivos como computadores y teléfonos celulares. De acuerdo a las estimaciones realizadas por ESK Consulting, se proyecta un crecimiento de siete veces en la demanda de este recurso al año 2025.
“El Gobierno, a través de Corfo, en conjunto con la academia y la industria, están haciendo esfuerzos para que se agregue valor en Chile al litio, más allá de exportarlo como mineral”, dice el director ejecutivo de la Agencia de Sostenibilidad Energética, Ignacio Santelices. Según él, es importante considerar que la movilidad eléctrica tiene “importantes beneficios, sociales, económicos y ambientales para el país, por lo que independientemente de los resultados de estos procesos de agregar valor al litio, es necesario de todas maneras seguir promoviendo la electromovilidad”.
A juicio de Santelices, la electromovilidad va a revolucionar la forma en que trabajan y funcionan las industrias y las organizaciones de Chile. Y pone un ejemplo: “Santiago es la ciudad fuera de China con mayor flota de transporte público eléctrico en el mundo y contamos con la primera instalación de carga de vehículos eléctricos bidireccional (V2G) de Latinoamérica, en la Agencia de Sostenibilidad Energética, entre otros hitos. Para 2020 veremos avances en el desafío de contar con más modelos de vehículos eléctricos en el país y para ello un hito muy importante será la licitación de la Red Metropolitana de Movilidad y la entrada de buses eléctricos en el transporte público en regiones”, asegura.
Actualmente, el país está haciendo esfuerzos para potenciar el desarrollo de esta tecnología en distintos ámbitos. Por ejemplo, dice Ignacio Santelices, desde la Agencia de Sostenibilidad están desarrollando un proyecto piloto de aceleración de la electromovilidad en cinco empresas, que busca detectar oportunidades y necesidades de incorporación de la electromovilidad en ellas. A esto se suman las últimas medidas que ha anunciado el Gobierno a través del Ministro de Energía, Juan Carlos Jobet, sobre las implementación de 150 puntos de carga públicos para vehículos eléctricos a fines de este año, además de los planes para fortalecer la transmisión pues, en la medida que se masifiquen los vehículos eléctricos en el país, habrá más demanda de energía.
La electromovilidad y la investigación
Un vehículo eléctrico puede ser híbrido enchufable sólo con baterías o celdas de combustible a hidrógeno. Pero todos usan un motor eléctrico para mover sus ruedas y, además, aprovechan la energía disipada al frenar para regenerar y recargar las baterías. De esta manera se mejora su desempeño al compararlo con vehículos convencionales que usan motores de combustión interna. De hecho, los vehículos eléctricos no emiten gases ni partículas contaminantes al operar, por eso hoy se quiere potenciar en Chile que la matriz energética (y que alimentará este parque automotriz) provenga de fuentes limpias y renovables, sector que también crecerá con la electromovilidad.
Según Mauricio Osses, Ingeniero Civil Mecánico y académico de la Universidad Técnica Federico Santa María, “al no tener un motor de combustión, un vehículo eléctrico no sólo aporta de manera considerable a la reducción de dióxido de carbono, el principal gas responsable del cambio climático, si no además emite menos ruido, factor también considerado como un contaminante que afecta la calidad de vida, especialmente en grandes urbes”. Explica que por todas estas razones, muchas universidades están realizando investigación asociada a la electromovilidad en distintos ámbitos. Por ejemplo, en la Universidad Técnica Federico Santa María existen proyectos de investigación relacionados con diseño y construcción de sistemas de carga ultra eficientes, baterías, controladores e incluso vehículos 100% eléctricos, fabricados íntegramente en Chile.
“El objetivo es que no seamos simplemente observadores en electromovilidad, sino que participemos en el desarrollo tecnológico”, cuenta el Ingeniero Civil Mecánico y académico de la Universidad Técnica Federico Santa María, Mauricio Osses. “Hay que crear las capacidades locales que requerirá este nuevo modelo de movilidad y desarrollar herramientas que contribuyan a las futuras ciudades inteligentes, como por ejemplo, redes de interconexión entre personas y de distribución de energía”, asegura el ingeniero, quien trabaja en la Plataforma de Electromovilidad elaborada por la Universidad Técnica Federico Santa María para el Ministerio de Energía y donde se establecieron cuatro pilares que concentrarán el trabajo de investigación y desarrollo: trabajo en partes y piezas del vehículo; mejoramiento en almacenamiento energético; control de flujos de energía e integración para aumentar la eficiencia y el manejo de datos en los vehículos.
Mauricio Osses explica que otro ámbito de investigación con alto grado de potencial, en el mediano plazo, es la incorporación del hidrógeno a la electromovilidad, permitiendo ofrecer soluciones a vehículos de alto consumo energético, como son trenes, barcos, camiones, maquinaria de construcción y aplicaciones en minería.
Para saber más sobre la electromobilidad y oportunidades de inversión en Chile, revisa el siguiente artículo.
Fuente: Pulso