Los Pelambres, Quebrada Blanca, Spence, Radomiro Tomic, El Abra y Nueva Unión tienen iniciativas n distintas fases para utilizar agua de mar en sus faenas.
La utilización de agua fresca derivada del mar se convertirá en una parte necesaria para la factibilidad de muchas minas de cobre en Chile, indicó Fitch Solutions, la unidad de análisis de Fitch Ratings.
La institución recordó que la utilización del recurso seguirá en aumento en medio de la caída en las leyes de mineral que demanda un mayor procesamiento de mineral, lo que a su vez ha levantado los reclamos de las comunidades que ancestralmente han utilizado para su consumo y agricultura los cada vez más escasos recursos de agua fresca, particularmente en el norte.
De hecho, agregó, la Dirección General de Aguas (DGA) anunció que planeaba subir el número de áreas de prohibición de 30 a 70 durante 2019, lo que impactará en el otorgamiento de nuevas concesiones en los sectores identificados e implica que las ya existentes sean aprobadas por las autoridades ambientales.
“Este último anuncio presenta un riesgo en dirección a la baja para nuestra proyección de producción, dado que las mineras que buscan aumentarla pueden encontrarse con una escasez de agua, restringiendo así la producción”, dijo Fitch Ratings.
Proyectos desalinizadores clave son los de la expansión de Los Pelambres de Antofagasta Minerals por US$ 500 millones, que está previsto quede terminado en el segundo semestre de 2021, la misma fecha que se anticipa para los de Spence por US$ 800 millones y de Quebrada Blanca Fase 2 de Teck, por un monto que no fue relevado.
Sin fechas estimadas para su inauguración están iniciativas desalinizadoras a cargo de Radomiro Tomic de Codelco por US$ 1.000 millones, y otras cuyas inversiones no se han dado a conocer en El Abra y Nueva Unión.
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Fuente: Pulso