La fintech chileno-finlandesa levantado US$ 3 millones, este año proyecta facturar US$ 1 millón y está presente en países de Latinoamérica, África, Europa y Asia. Solo con el mail, dirección y teléfono logran predecir el comportamiento de pago de personas no bancarizadas.
Jukka Svensk es un empresario finlandés dueño de un equipo de esquí. Por muchos años venía a Chile a terminar la temporada deportiva en La Parva. Cuando no practicaba este deporte, dedicaba su tiempo para invertir en ASA, una fintech de préstamos en línea, algo como un Nubank europeo. En 2016, mientras esperaba una competencia, conoció a Antonio Latorre, le comentó que estaba completamente enamorado de nuestro país y quería hacer negocios acá.
Latorre por esos años (2016) era CEO de Creditaria, una empresa que prestaba créditos hipotecarios y de consumo. “Hubo match desde el primer momento y me dijo que usemos Creditaria para ser prestador de microcréditos, pero la regulación no era muy amigable”, comenta.
Siguieron conversando y el chileno quedó completamente sorprendido al ver el proceso de integración de usuarios que utilizaban los finlandeses. Solo con información de Facebook podían predecir el comportamiento de pagos de las personas.
“Me dí cuenta de que eran unos genios”, recuerda Latorre, “pero no veían el valor de lo que crearon. No pensaban que esto podría ayudar a la desbancarización ni que podía ser comercializado”. Al mismo tiempo, “ellos vieron el lado romántico del latino, que le generamos valor a lo que hacen. Fue una simbiosis entre lo numérico finlandés y lo comercial nuestro”.
El 2017 probaron este software con una tarjeta del retail chilena y demostraron que realmente funcionaba en el mercado. Latorre le propuso a Svensk armar una empresa en conjunto, y crearon Big data scoring. Sus primeros clientes estaban en el mercado europeo, y se asociaron con Novator -holding dueño de WOM- para ayudarlos en sus procesos. Asegura que el rápido crecimiento de la empresa de telecomunicaciones en Chile fue en parte debido a sus algoritmos.
A los dos años trataron de expandirse a otros países, pero hubo roces con algunos de los inversionistas por conflictos de interés. Así, Latorre contactó a Alfonso Guzmán -su socio en Creditaria- para comprarles su parte y ser completamente autónomos. Éste entró con su familia a la sociedad. En enero del 2020 sumó como fundadores a Vesa Huotelin (CDO) y Jani Reinikainen (CIO), quienes crearon este algoritmo.
Pasaron dos meses y llegó la pandemia. Pero “esto no me amedrentó. Creditaria lo fundé en julio del 2008, dos meses antes de la crisis subprime… y prestábamos créditos hipotecarios,” asegura el CEO. Sumaron a Francisco Cruzat al equipo de ventas y empezaron a comercializar el producto.
Sin embargo, sin la presencialidad era menos ágil la venta, y por lo tanto tomaron la decisión de venderle a empresas como Equifax y TransUnion. Lograron un acuerdo con una empresa sudafricana, posteriormente uno con Quod, la firma fundada por los cinco bancos más grandes de Brasil para generar soluciones de inteligencia artificial que puedan competirle a instituciones como Nubank ,y también empezaron a operar con Santander Brasil.
Como habían adelantado desde la creación del algoritmo, Facebook empezó a poner trabas para el uso de datos, y las regulaciones en los países iban en línea de no permitir estos usos. Por eso, desde el 2020 desarrollaron un nuevo producto: solo con el mail, dirección y teléfono de las personas extraen 20 mil datos por usuario que les permiten construir algoritmos predictivos y hacer scoring de manera rápida y fácil.
A la fecha han levantado US$ 3 millones con amigos y familia, y Latorre (49) dice que para temas de financiamiento es más “a la antigua. Me gusta que la empresa se financie, tener recursos permanentes y no vivir en el círculo vicioso de pedir plata cuando falte”. Este año proyectan vender US$ 1 millón -un crecimiento del 200% respecto al año anterior- y asegura que esto los deja cerca del equilibrio. Esperan durante los próximos cinco años crecer a la misma cifra y facturar US$ 8 millones el 2026.
Así como muchas startups han bautizado a sus algoritmos con nombres famosos, la mente matemática de los finlandeses llamó Autoscorer al robot que les permite procesar masivamente todas estas fuentes de información. Con ello identifican riesgo, marketing, renta, fraude, prepago y otros. Construyen algoritmos customizados para lo que busquen los bancos. “Lo que tenemos es información, que es como el petróleo, pero hay que convertirlo en productos que sean consumibles, como diesel o bencina”, señala Latorre.
Han entregado sobre 1.500 millones de puntuaciones y estiman que han llegado al menos a 600 millones de personas. En Sudáfrica su principal cliente es el retailer JD, y en Europa el banco austríaco Raiffeisen. La misión -aseguran- “es permitir resolverle a toda la población desbancarizada este problema”. Por eso sus fichas están puestas en países emergentes y con poco acceso a la banca.
Para saber más de la industria fintech en Chile, revisa el siguiente artículo.
Fuente: Diario Financiero