Con 23 proyectos de almacenamiento de energía ya aprobados, que suman una impresionante capacidad de 3.000 MW, Chile está en la vanguardia de la innovación y la eficiencia en América Latina.
Durante la reciente participación en la COP28 en Dubai, Chile no solo reafirmó su compromiso con la energía renovable, sino que también destacó su enfoque en el almacenamiento de energía como pilar fundamental de su estrategia energética.
Con 23 proyectos de almacenamiento de energía ya aprobados, que suman una impresionante capacidad de 3.000 MW, Chile está en la vanguardia de la innovación y la eficiencia en la región.
La diversidad tecnológica en los proyectos de almacenamiento de energía en Chile es notable. Desde sistemas de almacenamiento de baterías hasta proyectos innovadores con gases como el CO2, el país está explorando diversas soluciones para satisfacer las demandas energéticas cambiantes.
«Todos miran con atención lo que pasa con Chile y eso fue lo que nos asombró», aseguró el presidente del Consejo Directivo del Coordinador Eléctrico, Juan Carlos Olmedo, quien, junto al consejero Jaime Peralta, representaron al organismo que supervisa la operación del sistema eléctrico en Chile en la COP28, informó el Diario Financiero.
Según relató, «todos se acercaban a preguntarnos cuando veían las cifras de participación de energías renovables variables, que son de los porcentajes más altos que hay en el mundo, y a ello se agrega que somos un sistema aislado, por lo cual todos los desafíos que tenemos como red son mucho más desafiantes, porque otros países tienen interconexiones internacionales fuertes».
Particularmente, añade, «nos miran con mucha atención por las medidas que tenemos que tomar. Se asombran de la velocidad con que estamos descarbonizando y la velocidad con que están penetrando las energías renovables». Esto, sin existencia de subsidios, presiones ni regulaciones como lo fue - dice- en el caso de Alemania en que hubo un acuerdo a nivel gubernamental de retiro de carboneras con un horizonte de más de 10 años.
En Chile, destaca, «en menos de cinco años se ha producido un retiro bastante importante del parque térmico».
Consultado sobre qué tan difícil es seguir el proceso de descarbonización, Olmedo recalca que depende de las empresas y en la medida que vayan entrando las tecnologías que permitan habilitar la salida de las plantas térmicas.
En esa línea, destacó el interés que generó la licitación de condensadores síncronos que están impulsando como organismo y que busca mantener la fortaleza de las redes.
En las presentaciones realizadas en la cita climática en el marco del Pabellón de Chile, Olmedo reveló que las emisiones del sistema eléctrico nacional han bajado del orden de 20% mensual en comparación al año anterior y la caída es del orden de 30% respecto de 2019.
Hoy la generación renovable es preponderante. Al cierre de noviembre, el 59% de la energía es renovable, considerando todas las fuentes. La eólica ha crecido 12,5%; la hidráulica 17%, la solar 16% y la térmica ha caído 15,3%. Asimismo, se han alcanzado varias horas del día peaks sobre 90% de aporte renovable a nivel horario. En concreto, han ido subiendo las horas sobre 90% y noviembre representó el 17% de las horas del mes.
Una de las tecnologías que ha irrumpido con fuerza en el último tiempo a nivel local ha sido el almacenamiento de energía, tópico que también fue recogido por el Coordinador en sus presentaciones, dando cuenta de nuevas cifras de su evolución en Chile.
Olmedo reveló que hoy ya hay operando del orden de 460 MW de capacidad instalada de almacenamiento BESS (Battery Energy Storage System). Además, a noviembre, se tienen 23 proyectos con solicitudes de acceso abierto aprobados, con casi 3.000 MW de capacidad. De ellos, 10 son proyectos de generación con capacidad de almacenamiento y 13 son exclusivamente de almacenamiento.
Las solicitudes de acceso abierto implican proyectos que están en vías de desarrollo. Es decir, se trata de peticiones para conectarse al sistema, en la que se define si hay disponibilidad y/o seguridad de conexión.
Sobre estas últimas cifras, Olmedo comenta que, «para nuestro sistema, en proporción al tamaño, son cifras bastante grandes. Eso también les asombró (a los asistentes a las presentaciones) y también que hay interés en diversidad de tecnologías de almacenamiento. No solo batería eléctrica, sino batería térmica, y que hay una empresa que está trabajando con un proyecto de almacenamiento con gases, específicamente con CO2, que es una tecnología emergente que también promete ser bastante competitiva».
A fines de julio, el Coordinador Eléctrico mostró un estudio de almacenamiento de energía en el sistema eléctrico nacional que consideró un horizonte de 20 años, con foco en el mediano plazo desde 2025 hasta 2032.
Respecto a los resultados para los sistemas de almacenamiento, el organismo apuntó -entre otras conclusiones- a una localización mayoritariamente en el norte grande, consistente con alta capacidad instalada y concentración de grandes consumos; duraciones en el rango de seis a ocho horas en atención a la sobreoferta de energía esperada en horario solar; y una capacidad instalada de entre 1.000 y 4.000 MW en el período 2026-2032.
Asimismo, los mayores beneficios económicos se esperaban en ese estudio para 2.000 MW de baterías al año 2026. El timonel del Coordinador puntualiza que los asistentes relevaron la importancia de tener cadenas de suministro resilientes y que el principal desafío es la instalación de las plantas y el desarrollo de las instalaciones de transmisión tanto de alta tensión como de distribución. A lo que suman la transición justa.
Chile se posiciona como uno de los países más atractivos para invertir en energías renovables. Las fuentes naturales, como el sol y el viento, abundan en el país, mientras que la disponibilidad de agua está impulsando el desarrollo del hidrógeno verde.