La Comisión para el Mercado Financiero de Chile anunció medidas para facilitar el flujo de crédito a personas y empresas, y mitigar los efectos de la pandemia en el sistema financiero.
Una herramienta clave para que las empresas y personas puedan enfrentar de mejor manera las consecuencias económicas de la crisis, es el crédito. En Chile, la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) -que regula a los bancos, entre otras entidades-, anunció un paquete de medidas para facilitar el flujo de crédito y mitigar los efectos de la pandemia en el sistema financiero.
Para las personas, la CMF aplicó excepciones regulatorias que facilitarán la posibilidad de postergar hasta tres cuotas en el pago de los créditos hipotecarios. Esto, para permitir que cuotas recalendarizadas por los clientes a fechas posteriores al vencimiento original del crédito no sean tratadas como renegociaciones para la constitución de provisiones. Este tratamiento especial apunta a deudores que se encontraban al día en sus obligaciones el momento de decretarse el estado de emergencia por parte de la autoridad.
Asimismo, para ir en ayuda de las personas y las pymes, la Comisión también hizo modificaciones en la regulación para que los bancos puedan aumentar el plazo de los créditos de consumo hasta en seis meses, sin que ello sea considerado una renegociación para efectos de provisiones. Adicionalmente, en el caso de las pymes, la CMF realizará otra modificación con miras a permitir el uso de garantías hipotecarias excedentarias para garantizar créditos a las Pymes.
También se autorizará de manera excepcional una extensión de 18 meses en el plazo que tienen los bancos para la enajenación de Bienes Recibidos en Pago. El objetivo de la medida es evitar que las entidades deban vender los bienes en un periodo de contracción económica en que los valores pudieran estar fuertemente castigados respecto a periodos de menor incertidumbre.
Finalmente, para aliviar la situación de capital del sistema bancario, el organismo decidió en conjunto con el Banco Central de Chile postergar por un año la implementación de Basilea III, regulación bancaria global que eleva las exigencias de capital y provisiones de la banca.
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