Catherine MacGregor, CEO global de la firma, y Rosaline Corinthien, CEO de la filial local señalan al país como estratégico en su transición energética y destacan el crecimiento de la producción verde, que ya se empina por sobre el 33%.
Una profunda transformación es la que está impulsando a nivel global la energética francesa Engie, donde su filial local juega un rol preponderante, con la salida de varias de sus centrales a carbón y con una apuesta fuerte por centrales renovables.
Por estos días, la CEO de la firma a nivel mundial, Catherine Fiamma MacGregor (CM), realizó una visita al país, oportunidad en la que se reunió con el ministro de Energía, Diego Pardow, y aprovechó de destacar los planes de la firma, en medio del objetivo con el que fue nominada como directora general en 2021: acelerar la transición energética a nivel global.
“En Chile, donde tenemos una presencia histórica desde hace 100 años, estamos ejecutando esta transformación a escala nacional, y es muy estratégico para nosotros, porque tener éxito en Chile también es una prueba de lo que podemos hacer a escala mundial”, asegura la líder de la firma, reconocida en varios rankings internacionales como una de las mujeres más poderosas del mundo.
A nivel local, la energética también es encabezada por una mujer, se trata de Rosaline Corinthien (RC), quien asumió el cargo el año pasado, en reemplazo del histórico ejecutivo de la compañía Axel Leveque, con el objetivo de concretar la segunda tanda de proyectos renovables de la empresa en Chile.
—¿Cuál es la importancia de Chile para Engie en el marco de esta transición energética?
(CM): “Chile es un país estratégico para Engie. Engie es muy activo en la aceleración de la transición energética a nivel mundial, y esto significa que debemos desarrollar una gran cantidad de energía renovable y gas renovable, así como soluciones de descarbonización para nuestros clientes”.
—¿Buscan replicar su experiencia en Chile en otros lugares?
(CM) “Estamos transformando nuestro portafolio de generación, que solía ser alto en emisiones de CO2, en un portafolio de generación bajo en carbono. Por ejemplo, en 2018 el 1% de nuestra capacidad de generación en Chile era de energías renovables y hoy es el 33%.
Además, creemos que a nivel mundial, para que la transición energética sea exitosa, debe ser baja en carbono y asequible. La asequibilidad es muy importante. Y para esto, debe tener la combinación correcta. Por lo tanto, muchas energías renovables, pero también un elemento de flexibilidad que se brindará, por ejemplo, a través de soluciones de almacenamiento. Así que aquí en Chile estamos haciendo la parte renovable, pero también mantenemos la flexibilidad con el desarrollo de nuevas capacidades de almacenamiento, por lo que tenemos un proyecto de almacenamiento en desarrollo hoy en Chile. Y estamos transformando las plantas de gas de lo que solía ser una carga base a un uso más flexible, lo que ayudará con el desarrollo de energía renovable”.
—¿Qué esperan de Chile en el marco de la estrategia transición y los próximos pasos que se vienen?
(CM): “En primer lugar, Chile ha sido bendecido con recursos naturales increíbles: viento, especialmente en el sur, y solar en el norte, por lo que, en general, estamos muy entusiasmados con el país y sus capacidades. También estamos entusiasmados porque el país ha establecido algunos objetivos ambiciosos para lograr la carbono neutralidad hacia 2050 y también salir del carbón. Como operador histórico de carbón en el país, Engie también tiene el compromiso de salir del carbón para 2025. Todo esto está muy alineado entre lo que queremos hacer como grupo y lo que podemos hacer en Chile. Creo que hay algunos pasos que deben consolidarse en relación con cómo fomentar este desarrollo de flexibilidad, en términos de diseño de mercado y, por supuesto, la transmisión, que es un cuello de botella típico que enfrentan todos los países cuando buscan el desarrollo de energías renovables”.
—¿Cuáles son los planes de inversión para el país?
(CM): “En los próximos tres años, Engie invertirá entre 13 y 14 billones de euros en energía renovable a nivel mundial, por lo que nuestra inversión planificada en Chile es de alrededor de US$ 1.800 millones. Este monto representa alrededor del 15% de nuestra inversión, considerando solo las energías renovables”.
—¿Cuáles son las claves para seguir profundizando el plan de descarbonización?
(RC): “Las ambiciosas metas establecidas por el Gobierno son claras. Lo que realmente necesitamos es no hacer esta transición energética solo nosotros, y en este sentido debemos trabajar en conjunto con las autoridades ”.
—¿Cómo avanza la cartera de proyectos por 1.400 MW que están desarrollando y cuáles serán sus focos?
(RC): “Sabemos que no será fácil porque se requiere mucho diálogo con las comunidades en cuanto a accesibilidad, así como con las autoridades en cuanto a permisos. Por lo tanto, estamos realmente decididos a entregar esta cartera de proyectos para 2026, que es bastante pronto. Ya tenemos proyectos en construcción para operar en 2023 y 2024, pero ahora tenemos que entregar más allá de eso, hasta 2026 para alcanzar esta meta, incluido el importante proyecto de almacenamiento de baterías BESS. Creemos que hay espacio para alrededor de 600 MW de capacidad de batería que podrían combinarse con energía fotovoltaica o podría ser independiente en nuestros sitios existentes, como parte de la transición justa, por ejemplo en Tocopilla. Todas estas opciones están siendo analizadas”.
—¿Están las señales adecuadas para el desarrollo de tecnologías de almacenamiento?
(RC): “Hoy, todavía está en discusión con las autoridades determinar cómo promover este tipo de inversión de la manera correcta en los lugares correctos del país. Todavía estamos esperando eso, pero también debemos proponer algunas ideas a las autoridades en términos de diseño de mercado para que esto suceda. Pero es cierto que, en términos de señal de precio, realmente necesitamos esta flexibilidad, especialmente en un país que la necesita durante la hora solar. Es muy importante implementar esto para impulsar nuestra inversión”.
Fuente: El Mercurio.
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