Tribal Credit, Jeeves, Clara y Xepelin son parte de las firmas que están abriendo operaciones en distintos puntos del continente. La mayoría de las Fintech en América Latina comparte la visión de un público desatendido como oportunidad, especialmente en el segmento de pequeñas y medianas empresas.
El crecimiento de las empresas que mezclan finanzas con tecnología está tomando un nuevo nivel, especialmente de las que están enfocadas en entregar recursos frescos para las empresas. FinTech nacidas en algunos países de la región dando pasos en otras latitudes se ha vuelto normal, pero ahora también están llegando actores norteamericanos a abrirse un espacio en este lado del continente.
Casos hay varios. De manera casi sigilosa, la estadounidense Tribal Credit, nacida en 2016 en Silicon Valley, ya está dando servicios en Chile, después de haber anunciado sus objetivos a fines del año pasado.
A través de una tarjeta de crédito Visa para empresas de menor tamaño, la aplicación primero se había instalado en México, cuyo crecimiento buscaban acelerar en 2021 después de haber hecho un levantamiento de capital por US$ 34,3 millones. Ya está también en Colombia, Perú y Brasil.
La firma ha seguido fortaleciéndose. Hace unas semanas recaudó US$ 40 millones, en una ronda que incluía criptomonedas.
Otra que aún no hace ruido en todos los países donde está poniendo un pie -pero lo hará-, es Jeeves, una plataforma fundada también en Estados Unidos que permite hacer la gestión de gastos y servicios financieros, además de entregar una tarjeta de crédito. Se conocía como la FinTech para startup globales.
La aplicación nació hace poco más de dos años y en 2021 llegó a México. También está pronta a dar servicios en países como Chile y Colombia. El año pasado levantó millones de dólares para eso.
Entre las latinoamericanas, la mexicana Clara también ha ido dando pasos en distintos mercados como Brasil, Colombia, Panamá, Perú, Uruguay y Chile. Su objetivo es simplificar las finanzas de los equipo de trabajo de las empresas, también a través de una tarjeta de crédito con Mastercard.
Xepelin, una plataforma nacida en Chile, pero con una mirada regional desde el inicio, que ofrece servicios financieros de factoring y un software para ordenar las finanzas, también está creciendo, especialmente en México.
Sebastián Kreis, uno de los fundadores, explica que su empresa busca solucionar los “dolores” de las empresas. “En Latinoamérica, entre el 3% y 5% de las empresas tenía acceso a servicios financieros recurrentes. El resto tenía dolores para operar sus negocios, acceder a servicios financieros y llevar sus empresas a su máximo nivel”, dice.
Kreis tiene la visión que las FinTech tienen una oportunidad grande en la región, porque la mayoría de las pequeñas y medianas empresas no tienen acceso a servicios financieros. “Las FinTech están empoderando y dando servicios financieros a este segmento de compañías y se necesita tecnología para llegar a ellos”, dice.
Aunque están focalizados en convertirse en la FinTech B2B más grande de México este 2022, dice que están mirando de cerca Brasil y Colombia como tercer punto de destino.
“Estamos creciendo muy fuerte en Chile y México, llegar a un tercer país dependerá de cuándo sea la oportunidad, el momento adecuado”, explica.
La firma ya trabaja con 10 mil compañías y activos por US$ 200 millones.
Se estima que en la región hay cerca de 2.000 empresas FinTech en distintos segmentos del negocio. Al llegar al aeropuerto de ciudad de México, la publicidad ha sido tomada por las FinTech. Su presencia es notoria, lo que demuestra la profundidad que está tomando el mercado en ese país, probablemente uno de los más desarrollados de la región, después de Brasil.
El 2021 fue de consolidación, dice Erick Rincón, presidente de la asociación Colombia Fintech, quien agrega que las que más atracción están generando son las de pagos y remesas; crédito digital y gestión de finanzas empresariales.
Todo lo relacionado a financiamiento ha tenido un crecimiento exponencial desde 2017, agrega. En especial por la pandemia, porque fue una herramienta de apoyo para empresas de menor tamaño.
En el caso de su país, dice que el sector ha crecido de forma importante, en parte porque están en la tercera economía de la región, los avances en regulación, casos de éxito reconocido -como Rappi, LaHause, Platzi y Truora, entre otras- y por ser un canal de acceso a servicios financieros en un país donde la población está sub-bancarizada, pero con alta presencia de teléfonos inteligentes.
“Colombia se ha convertido en un “polo de atracción”, debido a que las soluciones fintech han probado ser fundamentales para la inclusión financiera de personas naturales, trabajadores independientes, micro establecimientos, empresas y emprendimientos en general”, dice Rincón.
Sin embargo, aun ve espacio. “Creemos que todavía queda gran mercado por abarcar y por ende, se mantendrá creciente el interés por ingresar”, dice.
Matías Langevin, socio experto en FinTech del estudio Honorato Delaveau, explica estos espacios que quedan, de públicos desatendidos, son los que han hecho aumentar fuertemente la competencia, en especial en países como México, Colombia, Chile y Perú.
“La competencia seguirá aumentando. Incluso en algunos niveles, como en todo mercado competitivo, va a llegar un momento de consolidación, en donde algunas compañías morirán o serás adquiridas por otras con mejor posición, como ya ha ocurrido en otras industrias”, dice.
La expansión de estas empresas también está relacionado a la presencia de fondos de inversión. Diego Rodríguez, socio del estudio CMS Carey & Allende, dijo que solo en el primer semestre de 2021, según datos de Latam FinTech Hub, se destinaron US$ 7.500 millones a capital de riesgo al sector. “Un verdadero boom… lo que ha generado un mayor nivel de inversión en soluciones”, dice.
De este modo, dice que este tipo de fondos seguirán activo buscando nuevos nichos. ¿Qué viene? “Será interesante ver que sucederá con las soluciones en open banking, en donde Brasil lleva la delantera, o, en materia de criptoactivos, formatos adicionales a los tradicionales exchange y wallets”, recalca.
Un desafío para estas empresas es la regulación. En algunos países, como México, Perú y Colombia ya se ha fijado un marco regulatorio, en otros se está trabajando, sin embargo eso mismo puede ralentizar un poco la dinámica de creación de nuevas compañías y, por tanto, de la innovación, dice Langevin.
“La regulación siempre irá por detrás de los avances en materia de tecnología (y los nuevos servicios y productos que puedan ofrecerse al público a partir de estos), por lo que políticas que apunten a desarrollar o fortalecer hubs de innovación o sandbox regulatorios serán siempre necesarias para detectar con la debida anticipación donde pueden generarse vacíos legales importantes”, dice Rodríguez.
Otro tema es cómo se va dando la relación con el sector de financiamiento tradicional, de bancos y casas comerciales. Aunque al principio se veía cierta rivalidad en el mercado, en la práctica se han ido complementando, apuntando a segmentos distintos.
“En Colombia ha pasado un fenómeno interesante, debido a que la relación entre FinTech e instituciones financieras tradicionales ha traído grandes oportunidades, diferente a la creencia que las Fintech y los bancos están en competencia. Lo anterior debido a que la banca ha ofrecido sus capacidades financieras, como la licencia y el core bancario, y las Fintech han ofrecido la innovación, creando entre ambos nuevos productos y verticales, con un profundo conocimiento tanto desde la parte financiera como desde la tecnología; traduciendo en una mejor experiencia para los usuario”, dice Rincón.
Para saber más sobre las FinTech que se expanden desde Chile hacia la región y las oportunidades de inversión en el sector financiero, revisa el siguiente artículo.
Fuente: Diario Financiero