La compañía alemana, presente hace 40 años en Chile, instaló su nueva planta de adhesivos para la construcción en la ciudad del norte de Chile, lugar que cuenta con el 99% de la materia prima para la elaboración de sus productos.
Henkel Chile eligió a la Región de Antofagasta para instalar su nueva planta de adhesivos para la construcción. De esta manera, busca potenciar la marca Bekron, que comenzó a operar a fines de 2022. ¿Por qué la compañía alemana optó por el norte de Chile? El presidente de Henkel Chile, Murilo Brotherhood responde que fue por las oportunidades que ofrece la región, que combina una mirada estratégica y una apuesta por la sustentabilidad y el desarrollo local de la zona.
“Antofagasta cuenta con suelos de alta aridez y ausencia de materia orgánica, que ofrecen el 99% de la materia prima para el desarrollo de los productos Bekron. Disponer de productos de la marca elaborados en la misma zona significa reducir costos de flete y huella de carbono equivalente a 400 camiones desde Santiago al año”, detalló.
Brotherhood señala que también pesó en la decisión el aumento de la demanda por materiales de construcción en el sector, que ha crecido sobre el promedio en los últimos años, impulsada por iniciativas gubernamentales como el Plan de Emergencia Habitacional, del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, el que proyecta construir 17 mil 400 viviendas en la región.
La marca Bekron agrupa diversas categorías de adhesivos para terminaciones en la construcción, que permiten fijar desde cerámicas pequeñas y medianas en radieres, hasta porcelanatos de gran tamaño en todos los sustratos, incluyendo losas y radieres de hormigón, por dar algunos ejemplos.
La planta de Antofagasta se ubica en el Centro Industrial y Empresarial La Negra, a 20 kilómetros de la capital regional; y consiste en una construcción modular que ocupa cerca de 800 metros cuadrados, en la que el total de la energía que se utiliza proviene de fuentes sustentables.
Sobre este tipo de plantas, el ejecutivo puntualiza que “son modulares, para que puedan crecer de acuerdo con la demanda. Además, son plantas flexibles; es decir, si iniciamos un proyecto en una zona en particular, y verificamos que resulta más adecuado estar en otra zona, es posible tomar la decisión de mover la planta. Podemos crecer y movernos con mucha facilidad. Estas plantas permiten testear nuevos mercados, y ciudades donde creemos que hay potencial”, indicó.
Antes de su instalación en el norte de Chile, Henkel invirtió $ 6.000 millones (unos siete millones de euros) en actualización de tecnologías –relacionadas principalmente con la seguridad de los trabajadores- en sus plantas ubicadas en Santiago, lo que de acuerdo al ejecutivo va en línea con la estrategia global de la compañía, que avanza a modernizar sus procesos y hacerlos más eficientes y sustentables.
A la planta de Antofagasta se sumará una nueva instalación en Arica, actualmente en construcción. “Antofagasta y Arica van a servir como modelo para decir si estamos en el camino correcto, y si podemos continuar con nuevos proyectos que puedan instalarse en otras ciudades del país. Por ahora, estas dos plantas son los pilotos para ese tipo de instalaciones”, sostiene Brotherhood.
“Nuestro compromiso es de largo plazo. Nosotros estamos en Chile desde hace más de 40 años. Entonces las inversiones que estamos haciendo ahora no tienen que ver con una mirada de los próximos dos o tres años. Nosotros estamos mirando la próxima década”, concluyó el presidente de Henkel Chile.
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