La firma fue una de las pioneras en utilizar de forma exitosa la Ley de Investigación y Desarrollo, incentivo tributario que busca mejorar la capacidad competitiva de las empresas.
Con presencia en 70 países y con más de 155.000 empleados a nivel mundial, Cargill es una de las compañías líderes en la fabricación y comercialización de alimentos para la acuicultura.
Llegaron a Chile en 2015 tras adquirir EWOS y se han consolidado en la zona sur del país a través de una Planta de fabricación en la localidad de Coronel, en la Región del Bío Bío; un Centro de Distribución y oficinas en Puerto Montt; y un Centro de Innovación en Salud de peces en la localidad costera de Colaco (Cargill Innovation Center Colaco), en la Región de Los Lagos.
“Servimos a la industria salmonera con dietas para todos los ciclos de cultivo y también con productos que apoyan la salud de los peces. Además, recientemente hemos comenzado a producir en baja escala alimento para camarones. Nuestros productos se destinan al mercado nacional y también exportamos hacia distintos mercados como Colombia, Corea, Perú y otros”, detalló el Managing Director de Cargill Chile, Hugo Contreras. “Nuestros foco principal es proveer de alimentos del mar saludables a las futuras generaciones”, agregó.
En Chile, Cargill fue una de las pioneras en utilizar de forma exitosa la Ley de Investigación y Desarrollo, más conocida como Ley I+D. Se trata de un incentivo tributario que busca mejorar la capacidad competitiva de las empresas, al permitirles rebajar, vía impuestos de primera categoría, el 35% de los recursos destinados a actividades de investigación y desarrollo.
“Comenzamos a trabajar con esta herramienta el año 2009 y a la fecha hemos certificado más de 30 proyectos en el marco de la Ley, y esperamos que este año podamos cerrar con cinco nuevos proyectos certificados”, señaló Hugo Contreras.
Desde la empresa aseguran que el apoyo público ha sido esencial para el desarrollo de la empresa en el país. Con el foco puesto en la I+D, pudieron acceder al apoyo de CORFO, principalmente con la línea de financiamiento del IFI (Iniciativas de fomento Integradas), en el marco del programa de inversión tecnológica.
Este proyecto tuvo como objetivo desarrollar y aumentar la participación de mercado de Cargill, tanto en Chile como en el extranjero; investigar y generar conocimiento que contribuya a asegurar el bienestar de los peces en cultivo; contribuir en el desarrollo de capital humano avanzado a través del trabajo con universidades y otros centros tecnológicos; e implantar un sistema para el desarrollo de proveedores y emprendedores de ingredientes funcionales para las dietas a través de diferentes instrumentos.
“La experiencia fue muy positiva, lo cual nos ha permitido seguir desarrollándonos con el apoyo de otras herramientas del sector público como Contratos Tecnológicos para la Innovación, Innova Bío Bío y, como principal apoyo, el Incentivo Tributario”, precisó el Managing Director de Cargill Chile.
Cabe destacar que el Cargill Innovation Center de Colaco constituye la mayor inversión privada jamás hecha en Chile en un centro de innovación dedicado a la salud de peces. Con más de US$10 millones, su impacto es radical para toda la industria acuícola, ya que allí se desarrolla innovación y tecnología para combatir las principales enfermedades que afectan a los peces en todo el mundo.
Recordemos que Chile es el segundo mayor productor de salmones del mundo después de Noruega. Entre enero y septiembre de 2018, la exportación de alimentos desde Chile alcanzó los US$7.425 millones, con un crecimiento anual de 12%. Dentro de este grupo, el salmón alcanzó un desempeño histórico, totalizando envíos por US$3.314 millones; seguido por los moluscos y crustáceos (US$570 millones) y el aceite de pescado (US$111 millones).
¿Quieres saber más sobre innovación en la industria alimentaria chilena? Revisa el siguiente artículo.