El país sudamericano es el segundo mayor productor de litio del mundo y posee cerca del 45% de las reservas del mineral en el mundo; lo que, sin lugar a dudas, presenta nuevas oportunidades de inversión en los próximos años.
Chile es el segundo mayor productor de litio a nivel mundial después de Australia y posee aproximadamente el 45% de las reservas del mineral en el mundo; lo que, sin lugar a dudas, presenta nuevas oportunidades de negocio en los próximos años.
El litio, un metal ligero que es fundamental en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos, es el mineral de suscita mayor interés en Chile después del cobre. El país es también un considerable productor de yodo y potasio.
La producción de litio en Chile se concentra en el Salar de Atacama, una de las reservas más disputadas de este mineral en el mundo, donde operan dos empresas que actualmente producen litio en el país: Albemarle y SQM.
Un estudio realizado por la Pontificia Universidad Católica de Chile y el Dictuc calculó la huella de carbono, es decir, la emisión de gases efecto invernadero, GEI, de las operaciones de las empresas que explotan el salar de Atacama, buscando comparar con lo que se produce en países como Argentina y Australia, principales competidores.
En esta línea, se detectó que la emisión unitaria de GEI calculada para la producción de litio a partir de salmueras del salar de Atacama en 2020 fue de 4.022 kg CO2 equivalente por tonelada de carbonato de litio. De este total, la emisión unitaria de la operación en el salar de Atacama representa el 12%, mientras que el proceso en las plantas químicas corresponde al restante 88%.
Dicha emisión depende principalmente de dos factores diferenciadores: la cantidad de combustibles fósiles usados en la red nacional para la generación de electricidad, y el segundo depende de factores intrínsecos de los procesos, así como de los insumos y reactivos utilizados.
Según otros estudios citados por los autores, el indicador se eleva a 6.650 kg CO2 equivalente por tonelada de carbonato de litio desde salmuera en el salar de Oroz, en Argentina, mientras que en el caso de Australia existen mediciones que van desde 15.690 a 24.200 kg CO2.
“La ventaja de tener una baja huella de carbono es que a futuro, e incluso ya está ocurriendo, las productoras de automóviles y baterías van a requerir insumos con baja huella de carbono. Y la idea es que esos insumos van a percibir un premio, o bien, aquellos con alta huella de carbono van a tener un castigo, esa es la principal motivación que ha llevado a las empresas mineras a comprar energías renovables”, explica uno de los autores del estudio, el académico de la Universidad Católica Gustavo Lagos.
En esta línea, el experto adelanta que esta tendencia se verá acelerada en el corto plazo, lo que incluso podría llevar a que el indicador de la huella de carbono local se reduzca a la mitad en cinco años.
Chile produjo 162.477 toneladas de carbonato de litio equivalente en 2021. Las expectativas de la futura demanda de litio han atraído la atención de los inversionistas en este mineral debido al desarrollo de las infraestructuras de almacenamiento de energía eléctrica y la electromovilidad.
En nuestro país se encuentran diversos minerales, desde cobre hasta tierras raras. Para saber más sobre minería de litio en Chile, revisa el siguiente artículo.
Fuente: El Mercurio e InvestChile