Por unanimidad el Senado de Chile respaldó la iniciativa que facilita el comercio entre ambas naciones, tras 13 años de discusión.
El Senado aprobó por unanimidad el tratado entre Chile y Estados Unidos que busca facilitar la inversión y el comercio entre ambos países y que establece normas para evitar la doble imposición y prevenir la evasión fiscal en relación al impuesto a la renta y el patrimonio, informó Diario Financiero.
De esta forma, tras 13 años la iniciativa finaliza su trámite legislativo y queda ad portas de entrar en vigencia, debido a que el Congreso estadounidense ya lo ratificó a mediados de año.
La canciller subrogante, Gloria de la Fuente, valoró el transversal respaldo a la norma, que dijo «nos proporciona un marco jurídico claro y estable para ambos países contribuyendo a promover el comercio y la inversión” y que facilita un mayor flujo de capitales y diversificación de actividades transnacionales. Por lo que espera que Chile se transforme en una «plataforma de negocios para empresas extranjeras que quieran operar en otros países de la región».
La gerenta general de la Cámara Chilena Norteamericana de Comercio (AmCham), Paula Estévez, indicó que «ahora estamos a la espera de la firma presidencial del acuerdo y el intercambio de notas diplomáticas. De esta forma, confiamos que el acuerdo se hará efectivo el próximo 1 de enero de 2024».
Dijo que «creemos que la aprobación de este acuerdo permitirá a Chile transformarse en un hub de las inversiones estadounidenses provenientes de diversos sectores tales como tecnológicas, minería, energías renovables, hidrógeno verde, entre otras».
Atracción de Capitales
El socio líder de Tax & Legal en Deloitte, Hugo Hurtado, explicó que la aprobación del convenio beneficiará inversiones realizadas por empresas estadounidenses en Chile y viceversa. Esto rebajará en el primer caso las tasas de retención aplicadas a dividendos, intereses, regalías y servicios.
Respecto de inversiones chilenas, disminuirá el impuesto de retención a los dividendos pagados desde Estados Unidos a Chile desde un 30% hasta un 15%, e incluso un 5% dependiendo si se dan algunas condiciones.
Por otra parte, sostiene que dará mayor estabilidad al crédito por impuesto de Primera Categoría contra el Impuesto Adicional que se paga cuando se distribuyan dividendos desde Chile a EEUU, cuya carga total variaría de 44,45% sin la firma de convenio como el ratificado ayer, versus un 35% con el convenio vigente.
La socia del área de Tax & Legal de KPMG en Chile, Javiera Suazo, destaca que desde que el convenio dio el primer gran avance en su proceso de aprobación en el Senado de EEUU este año, «hemos sido testigos de un gran interés de inversionistas y empresas con operaciones en dicho país por entender el alcance de los beneficios de la iniciativa y cómo impactará en las relaciones ya existentes».
«La entrada en vigencia de este acuerdo será un impulso para las relaciones económicas entre ambos países y esperamos que marque una diferencia», agrega. El socio de Impuestos Internacionales de EY, Felipe Espina, anticipa el gran interés que existe en la principal economía del mundo sobre este convenio.
«A través de este instrumento se podrá alcanzar certeza jurídica en la relación tributaria de ambos países, además de una herramienta para resolver controversias y evitar que un mismo hecho sea gravado por un mismo impuesto».
Y por el lado del inversionista chileno, afirma que «las ventajas son muy importantes. Un mercado que alguna vez se vio casi prohibitivo por la carga tributaria que tenía incrustada, va a pasar a ser competitivo y estable. Esto ya está siendo internalizado por chilenos con inversiones (o planes de inversión en EEUU), lo que a su vez ha generado un interés mayor a lo usual en dicho país, que debería aumentar en la medida que las ventajas del tratado vayan permeando en el mercado».
La socia de Tax & Legal de PWC, Loreto Pelegrí, indica que la aprobación de este acuerdo «permitirá a Chile transformarse en un hub de las inversiones estadounidenses provenientes de diversos sectores tales como tecnológicas, minería, energías renovables, hidrógeno verde, entre otras; lo que claramente aumenta el atractivo de nuestro país para los inversionistas, posicionándonos también como una puerta de entrada para el resto de la región».