La pandemia ha obligado a los gobiernos a tomar medidas de mitigación y bloqueo, las que han impactado todos los componentes de la IED.
Los gastos en capital, las inversiones en nuevas áreas y las expansiones se han visto obstaculizadas por el cierre físico de ciertas áreas y la desaceleración de la producción, lo que tendrá un efecto negativo en la inversión local en general así como de la proveniente del extranjero este 2020.
El desarrollo de fusiones y adquisiciones ha sido postergado, mientras que los potenciales anuncios de este tipo de operaciones caerían hasta un 70% a nivel mundial en el primer trimestre, según proyecciones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, según su sigla en inglés).
Los impactos en la producción generarán además una caída del consumo mundial, por lo que se esperan menores ganancias en las filiales extranjeras, que conducirán a menores utilidades reinvertidas. Esto es relevante, porque según la propia UNCTAD, las ganancias reinvertidas representan alrededor del 40% de las entradas totales de la inversión extranjera directa (IED) a nivel global.
Los proyectos greenfield que ya están en curso también se verán afectados. Sin embargo, como los nuevos proyectos de inversión tienen un largo periodo de gestación y un ciclo de vida que puede abarcar años, el impacto sería más acotado que en operaciones cuyo financiamiento depende de los vaivenes bursátiles.
El efecto negativo sobre aquella inversión extranjera que se realiza en búsqueda de eficiencia, y que considera instalaciones que están estrechamente integradas en las cadenas globales de valor (CGV), se concentrará principalmente en China y Asia oriental. Sin embargo, podría extenderse rápidamente a otras regiones a través de los enlaces de CGV, a medida que el virus se propague.
Las 5.000 principales empresas multinacionales -que representan una parte importante de la IED mundial-, han visto revisiones a la baja de sus estimaciones de ganancias del 30% promedio para 2020. Los más afectados serían la industria de energía y materiales básicos (-208% para la energía, con el shock adicional causado por la caída de los precios del petróleo), las aerolíneas (-116%) y la industria automotriz (-47%).
Asimismo, según nuevas estimaciones de la UNCTAD, el COVID-19 provocará una caída dramática en los flujos de IED a nivel mundial. Las estimaciones actualizadas del impacto económico sugieren que la IED podría caer entre un 30% a 40% durante 2020 -2021. Esto presenta una drástica revisión a la baja, ya que en su primera estimación el organismo pronosticaba para este año un impacto negativo en los flujos mundiales de IED acotado entre el -5% y el -15%.
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