Chile apuesta a posicionarse como líder en energía eólica offshore en América Latina. En este blog experto, te contamos las razones.
Con más de 6.000 kilómetros de costa, Chile no sólo destaca por sus exportaciones de alimentos provenientes del mar (que superan los US$ 8.700 millones anuales), sino que también se perfila como uno de los países con mayor potencial para el desarrollo de plantas de energía eólica offshore, o costa afuera, en América Latina.
La combinación de vientos constantes, aguas profundas cercanas a la costa y una ubicación estratégica en el Pacífico Sur abre una nueva frontera para la generación de energía limpia y sostenible, con soluciones de generación eléctrica que han demostrado ser viables y comercialmente competitivas.
Es indudable que la reconocida transición energética en Chile ha sucedido producto de una gran ola de inversión en el país. Esto es una tendencia sostenida, a tal punto que las estimaciones de la Corporación de Bienes de Capital, entidad privada que recopila información sobre proyectos desarrollados en Chile, muestran que a 2028 se invertirán más de US$13 mil millones en el sector, siendo sólo superado por las proyecciones en minería.
Más aún, el país disminuyó considerablemente su dependencia externa en términos energéticos gracias a las energías renovables en el sector eléctrico, a tal punto que hoy se proyecta ser un exportador de energía en forma de combustibles renovables, según lo establece la política energética 2050 y la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde.
Para ello, mucha más capacidad de generación renovable deberá instalarse en los próximos años hasta alcanzar un total de 150 GW al 2060, equivalente a más de 10 veces la capacidad instalada a la fecha, producto del crecimiento de la demanda, la electrificación de los consumos, y la producción de combustibles verdes como el hidrógeno verde y sus derivados.
Es tal la magnitud de las inversiones necesarias para llegar a dicha meta, que sin duda toda fuente de generación competitiva tendrá que ser considerada, siendo la energía eólica offshore una de las fuentes posibles, tal como se observa en otras partes del mundo.
Generación eólica offshore a nivel global
La energía eólica offshore es una fuente de energía renovable competitiva en gran parte de los mercados con alta penetración de fuentes renovables no convencionales.
Según datos de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), la capacidad mundial de energía eólica marina representa hoy aproximadamente el 7% de la totalidad de capacidad eólica instalada en el mundo, alcanzando cerca de 75 GW distribuidos en 18 países, particularmente en China, Reino Unido y Países Bajos, países que concentran más del 80% del total de la capacidad instalada.
Se prevé que estas cifras aumenten significativamente en los próximos años, alcanzando una cifra estimada de 218 GW para 2028, lo que representa aproximadamente el 15% de la capacidad eólica mundial total, producto de la apertura y puesta en marcha de nuevos mercados como América, Oceanía y el continente asiático.
De la capacidad hoy instalada, casi la totalidad corresponde a soluciones fijas al fondo marino y que por tanto han sido desarrolladas en lugares con aguas poco profundas, inferiores a los 50 m. En cuanto a sus costos, entre 2010 y 2022, el LCOE promedio ponderado a nivel mundial de la energía eólica marina disminuyó un 59%, pasando de US$197/MWh a US$81/MWh gracias a economías de escala e innovación.
Sin embargo, lentamente se observa un mercado que migra hacia estructuras flotantes que permiten ser instaladas en aguas de mayor profundidad, lo que ha ampliado considerablemente las eventuales zonas geográficas compatibles con este tipo de tecnologías, especialmente en países que no cuentan con una extensa plataforma continental.
Beneficios sistémicos
Dada las características de profundidad cerca de costa del lecho marino, la tecnología para la energía eólica offshore en Chile se desarrollará en la medida en que la solución flotante sea competitiva.
Se proyecta que esta situación sucederá hacia inicios de la próxima década, producto de las economías de escala que se alcanzarán de la mano de los 250 GW flotantes que hoy se encuentran en desarrollo a nivel global2, e innovaciones tecnológicas, que permitirán reproducir el efecto de baja de costos que se dio con las soluciones fijas al fondo marino.
Frente a esta realidad, y la necesidad de desarrollar más de 100 GW adicionales de generación abastecida por energía renovable, el desarrollo de parques eólicos offshore en Chile puede significar una importante oportunidad para el país; tanto desde el punto de vista de seguridad y sostenibilidad energética, así como de crecimiento y desarrollo económico local.
En efecto, al menos se pueden enumerar 4 fuertes razones para pensar aquello:
- Cercanía de la generación a los centros de consumo: Uno de los grandes desafíos que significa la transición de combustibles fósiles a renovables en el mundo es que las fuentes de energía renovable suelen estar en lugares diferentes de donde se encuentran hoy las centrales térmicas y/o lejos de los centros de concentración de la demanda. La geografía de Chile asegura que cualquier proyecto de generación instalado costa afuera pueda estar a pocos kilómetros de los focos de demanda, lo que reducirá significativamente el estrés en cuanto a la necesidad de líneas de transmisión de larga extensión que tienen alta complejidad constructiva y operacional.
- Solución renovable capaz de proveer demanda base y demanda nocturna: A diferencia de lo que se da en la tierra (i.e. on-shore), donde las barreras naturales, como valles o montes, y construcciones afectan la calidad del recurso eólico, costa afuera el viento es mucho más fuerte y estable, lo que permite desarrollar parques de generación de mayor capacidad y con un factor de planta más alto, pudiendo eventualmente la generación eólica costa afuera competir con soluciones que hoy abastecen demanda base en las horas del día en que el sol no brilla.
- Coincidencia de sitios de alto potencial eólico costa afuera con sitios de centrales de carbón en proceso de retiro: Los primeros estudios realizados por parte del Ministerio de Energía, indican la existencia de áreas de muy buena potencia eólica que coinciden con muchas de las zonas donde se ubican las centrales de carbón que están en el proceso de retiro durante la próxima década, lo que significa una oportunidad de reutilización de infraestructura de red y de eventual reconversión económica de las comunidades que hoy viven en esas áreas.
- Encadenamientos productivos y desarrollo económico: El desarrollo de parques eólicos offshore es también una oportunidad de desarrollo de una nueva industria sostenible con empleos calificados, con importante áreas de encadenamientos productivos, por ejemplo en torno a las plataformas flotantes y toda la gama de servicios que requieren las etapas de construcción, operación y mantenimiento. Además, tiene grandes sinergias con las medidas habilitantes asociadas a infraestructura y logística que se desarrollarán en Chile en los próximos años, de la mano del crecimiento de la industria del hidrógeno verde y sus derivados.
Chile da los primeros pasos hacia la eólica offshore
Para aprovechar la oportunidad que ofrece la energía eólica offshore en Chile, se requiere acelerar la marcha. En ese sentido, es una muy buena noticia que el año pasado se hayan ingresado las primeras solicitudes de concesiones marítimas por parte de desarrolladores extranjeros, los que esperan entrar en operación hacia el 2035.
Estos proyectos -que hoy se encuentran en sus etapas preliminares de desarrollo- alcanzan un potencial monto de inversión superior a US$20 mil millones y podrían ser fuente de generación de miles de nuevos puestos de trabajo asociados, principalmente en la Región del Biobío (451 kilómetros al sur de la capital Santiago), donde hoy se observa una mayor demanda de solicitudes.
InvestChile, la Agencia de Promoción de la Inversión Extranjera del Estado, tiene como una de sus funciones primordiales proporcionar apoyo a inversionistas foráneos que deseen invertir en el país, y acompañarlos en cada etapa del desarrollo de sus proyectos.
Por ello, ya está trabajando con estos primeros interesados, junto a otras instituciones como el Ministerio de Energía, el Ministerio de Economía, la Subsecretaria de Fuerzas Armadas y la DIRECTEMAR, para entender mejor las condiciones que requieren estos proyectos y sus impactos, y así avanzar en los primerísimos pasos de lo que puede ser el nacimiento de una nueva industria en el país.
La experiencia internacional demuestra que la eventual generación de la energía eólica offshore en Chile requerirá de acciones regulatorias y de mercado que viabilicen su desarrollo y coexistencia con otros sectores y actividades económicas en el mar y la costa; así como de la existencia de los habilitantes claves tales como la disponibilidad de infraestructura portuaria ad-hoc y de proveedores de logística y servicios asociados a las etapas de construcción y mantenimiento de los parques de generación.
Para abordar estos desafíos, el Ministerio de Energía anunció recientemente el desarrollo de una hoja de ruta que se elaborará con el apoyo de colaboración internacional, lo que permitirá definir la estrategia que seguirá Chile en el desarrollo de esta industria.
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