La compañía francesa, inaugurada en 2012, abrirá oficinas en Chile para estudiar nuevas inversiones para el desarrollo del combustible, donde proyectan el inicio de su primera operación en 2024 con una inversión de más de US$250 millones. 

Las desaladoras han elevado su presencia y el uso de agua de mar ha sido constante por parte de empresas chilenas e inversionistas extranjeros. Cochilco reveló además que la participación del sector en el PIB logró su mayor nivel de los últimos siete años. 

La Agencia, creada en 2016, ha asesorado a 1.464 empresas de 70 países, que en total han materializado 157 proyectos por un monto que supera los US$ 18.300 millones.

La startup en la que participa Falabella quiere llegar en los próximos meses a Concepción, la segunda ciudad más grande del país. En Santiago y Viña del Mar ya tiene presencia. La empresa asegura que su inversión en Chile se ha traducido en un crecimiento "exponencial".  

Será el segundo de la gigante estadounidense en el país, luego del inaugurado en diciembre de 2020 en la Región Metropolitana. No ha trascendido el monto de la inversión en Chile, dato que tampoco se informó durante la construcción del primer data center.

El país Latinoamericano ha triplicado sus proyectos desde el lanzamiento de la estrategia Nacional superando las 60 iniciativas, de las cuáles el 25% estaría produciendo hidrógeno verde antes del fin de la década.

La startup pretende transformar la industria alimentaria con productos 100% vegetales, etiquetas limpias, ingredientes funcionales y una producción y envasado sostenibles.

El país sudamericano proyecta inversiones tecnológicas por US$4.300 millones y 8.600 nuevos empleos para talento digital.

El proceso incluyó la participación de empresas con capitales foráneos, como Mainstream Renewable Power, Sonnedix y Canadian Solar, entre otras, dando cuenta de la relevancia de la inversión extranjera en el sector energético en Chile. 

En una primera etapa, el país contempla alcanzar una producción de 7 millones de toneladas anuales a 2030, para llegar a 9 millones de toneladas a mitad de este siglo. Metas para las cuales la inversión extranjera es clave.